sábado, 15 de septiembre de 2007

Terapias

Un cronopio se recibe de médico y abre un consultorio en la calle Santiago del Estero. En seguida viene un enfermo y le cuenta cómo hay cosas que le duelen y cómo de noche no duerme y de día no come.

- Compre un gran ramo de rosas - dice el cronopio.

El enfermo se retira sorprendido, pero compra el ramo y se cura instantáneamente. Lleno de gratitud acude al cronopio, y además de pagarle le obsequia, fino testimonio, un hermoso ramo de rosas. Apenas se ha ido, el cronopio cae enfermo, le duele por todos lados, de noche no duerme y de día no come.


El novio está en cama con la pata rota. Pensé en comprarle flores pero me arrepentí en el acto: la cursilería del gesto lo terminaría matando... mejor le llevo un chocolate.


3 comentarios:

joAco dijo...

si estuviese enfermo y me llevasen flores no me mataría la cursilería... pero me sentiría deshausiado.

Anónimo dijo...

Para nada un buen dia...no solo llueve en la ciudad sino tmb en muchos ojos tristes.....
Como duelen estas cosas....

luv ya!

bye

Anónimo dijo...

Para nada un buen dia...no solo llueve en la ciudad sino tmb en muchos ojos tristes.....
Como duelen estas cosas....

luv ya!

bye